miércoles, 15 de abril de 2009

Paris… Je t’aime?

Debo ser una de las pocas personas a las que la idea de conocer Paris no le entusiasmaba mucho. No sé bien por qué. Quizás porque tanto me dijeron que los franceses sólo te dan bola si les hablas en su idioma y con acento perfecto, les agarré idea. O quizás también porque Mat ya había estado en París y entonces me entusiasmaba menos conocer una ciudad que él ya conocía. También puede ser porque sí. Mat encontró una explicación alternativa al asunto…

Lo que más quería conocer de París era el Louvre. Gracias a la data que nos pasó un yoruga con el que cruzamos dos palabras en el avión de Londres a París, nos enteramos que el primer domingo de cada mes, el Louvre es gratis. Así que dejamos este pequeño museito par el domingo 5 de abril. Gratarola. Ese domingo, arrancamos tempranito. Creo que a las 10 ya estábamos entrando. Por recomendación de muchos, nos limitamos a elegir las secciones qué más nos interesaban:
 
1) Mesopotamia, Antiguo Irán y Levante.
 
2) Pinturas italianas.
 
3) Pinturas francesas grandes formatos.
Eran las 4.30 de la tarde y recién habíamos hecho la mitad! El Louvre cerraba a las 6. Así que nos la pasamos corriendo de un cuadro a otro. A la Mona, la ví de lejos. Ni loca intentaba escabullirme entre el alúd de turistas haciendo fila para verla de cerca. Ya casi con los guardias de seguridad echándonos a patadas, nos metimos a ver las ruinas medievalas de lo que alguna vez fue el castillo del Louvre. Espectaculares. Así que así cumplí con mi deseo de conocer el Louvre.

Dos cosas que no esperaba de Paris: Notre Damme y los jardines de Luxemburgo. Eso sí que me sorprendió. La catedral fue una de las cosas más lindas que vimos hasta ahora. Se nos piantaron un par de lagrimones. Posta. Es muy pero muy linda. Hay mucha paz adentro. Y la arquitectura que tiene, la manera en que está pensada, es increíble. Las puertas de entrada dan hacia el oeste de la ciudad, donde está la parte administrativa. Y yendo hacia el final, hacia el altar, hacia el este, es por donde aparece el sol. Las figuras que están en las puertas de entrada, todas tienen distintos gestos que invitan a los que pasan por allá a entrar, a dejar las obligaciones y tareas diarias y caminar hacia adentro, hacia lo espiritual. La verdad nos quedamos facinadados con las explicaciones del audio-guide. Y a la noche la iluminaban toda y era más espectacular todavía.

Los jardines me encantaron porque la gente los sabe aprovechar. Fuimos un mediodía. Nos compramos unos sanguchitos y unas patisseries y nos fuimos a comer a los jardines. Estaba lleno de gente difrutando el sol, haciendo pic nic, tomando una cerveza. Todos muy pero muy relajados. Y eso que era día de semana y eran como las 3 de la tarde. Con Mat todavía no sabemos bien de qué trabajan los franceses. Alguien sabe si trabajan? Porque la ciudad estaba todos los días como de vacaciones… Los jadines del Palacio de Versalles son otra cosa increíble también. Pero esos son más aristocráticos. A mi me gustaron más los jardines del pueblo. Las sillitas verdes que pone el gobierno francés para que la gente tome sol y la pase bomba. Y hasta podes poner los piesecitos en la fuente…

Así que París me gustó. Es una ciudad napoleónica. Todo es monumental.

Uh! Otra cosa espectacular es el Pomipdou. Me había olvidado de lo bueno que está. Y las bicis! Qué buena política pública. Sacas una bici de cualquier esquina, andas media hora gratis y la devolves en cualquier otra esquina. El problema es a la tardecita-noche…empieza la carrera para encontrar los últimos lugares libres para dejar la bici. Ahí pisas cabezas con tal de no tener que andar otras 20 cuadras para encontrar el estacionamiento!


1 comentario:

  1. me gusto la foto del yoruga!!, por lo menos hay una argentina q lo reconoce, je, je

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